martes, 17 de abril de 2018

INS/MV

No: no es un acertijo que esconda misteriosas verdades arcanas ni nada por el estilo. “INS/MV” es un acrónimo de “In Nomine Satanis / Magna Veritas”, que es el título de uno de los juegos de rol más recordados de todos los que en los 90 exploraron ambientaciones ocultistas, esotéricas o similares. De los que por cierto hay muchos (Kult, Nephilim, Ragnarok…). Pero ya nos tocará hablar de los demás en otra ocasión.

El juego tiene dos ediciones: la original, de los 90, y una mucho más reciente que será en breves publicada en español por NO Ctrl-Z Games tras un muy exitoso crowdfunding. Por resumir el trasfondo: los jugadores interpretan a ángeles o demonios que habitan en la Tierra y están enzarzados en su inmemorial lucha por el control de las almas de los humanos. Cada grupo de personajes, claro está, ha de estar compuesto exclusivamente por demonios o por ángeles y según sea su configuración el tipo de aventuras y el carácter de los personajes será bien diferente.

En INS/MV existía, en cada uno de los bandos, una jerarquía férrea que controlaba, administraba y guiaba los pasos de los personajes en la Tierra, a menudo actuando como una especie de alto mando militar. Los Arcángeles, los Príncipes Demonio, los Archiduques y demás venían a ser los jefes de los personajes, que eran enviados aquí y allá, ya fuera para desfacer entuertos o para montarlos. Esto cambió a partir del año 2006, en el que tras el Gran Apagón, esos jefes desaparecieron sin dejar rastro. El Paraíso y el Infierno se volvieron inalcanzables e incontactables y nadie sabe dónde se han metido Dios, Satanás, el Arcángel Miguel, el Príncipe Andrialfo ni ninguno de los peces gordos. Los personajes, simples demonios o ángeles menores se han quedado solos. Sin apoyos ni órdenes directas de nadie. Y, a pesar de que su naturaleza les acaba imponiendo continuar con la lucha, todos están muy asustados por lo que la situación en la Tierra es cada vez más caótica y peligrosa.

El sistema es sencillo. El juego sólo utiliza dados de seis caras y casi todas las tiradas son de tres dados contra una dificultad, normalmente vinculada a una característica básica. Cada dado que supere la dificultad es un éxito (¿os suena?). En la última edición, se han simplificado mucho las reglas para hacer el juego, si cabe, aún más narrativo. Por ejemplo: a diferencia de la inmensa mayoría del resto de juegos de rol, en INS/MV no hay habilidades ni "skills": todo se resuelve con las características básicas (las típicas: Fuerza, Voluntad, etc).

Las reglas sobre combate y poderes sobrenaturales son muy sencillas y cumplen su función, aunque comparadas con los interminables listados y opciones de los juegos de Mundo de Tinieblas (ya no digamos D&D) quizá os sepan a poco al principio. Pero pensad que así resulta más fácil iniciarse en INS/MV: no vais a tener que estudiar como si estuvierais opositando. Es más, tanto el sistema de juego como las mecánicas os resultarán fácilmente comprensibles si sois jugadores habituales de MdT. Al fin y al cabo, INS/MV es un juego de los 90, ¿no? ;)

¿Y qué tiene el juego de especial? ¿Qué lo hace único?¿En qué se diferencia de otros juegos de ocultismo o con demonios y ángeles? Pues muy sencillo: el tono en el que está escrito y que es el tono en que -en mi opinión- se debería siempre jugar. INS/MV es un juego gamberro. Muy gamberro. Las referencias, los guiños, las bromas macabras, la sátira de la tradición judeocristiana, el problema del mal, la crítica social… Todo eso es lo que nutre y da un sabor especial a las partidas. No penséis en aventuras épicas con batallas espectaculares y gran aparato eléctrico -que decían Faemino y Cansado. ¡Qué va! En INS/MV todo es grotesco y decadente. Los ángeles son criaturas cansadas y amargadas: se sienten abandonados en un mundo en el que la luz escasea. Los demonios son cínicos, violentos y guasones. Y todos hacen trampas. Todos quieren sobrevivir como sea.

¿Por quién lucharéis vosotros? ¿Por esa Gran Verdad que parece haberos abandonado o en el Nombre de un Satanás al que está claro que no le importáis una puta mierda?

Bienvenidos, queridos, al Gran Apagón.

Escrito por Charles Marie Gabriel Antoine de Cardoville, Marquis de Les Fleurs para Revista Vaulderie


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