martes, 27 de febrero de 2018

Obsesión celestial, de Francis Thompson

Como curiosidad, Francis Thompson fue sospecho de ser Jack el Destripador debido a sus brotes psicóticos, conocimientos médicos y su misoginia.

------------

Lo abandoné en la noche y en el día;

Lo abandoné en el arco de los años;

Lo abandoné en el ciego laberinto

de mi propia memoria; y en medio de las lágrimas,

y detrás de las risas me escondía.

Esperanzas fugaces vislumbré de lo alto;

pero rápidamente me vi precipitado

a las sombras siniestras,

a las profundidades abismales

para huir de esos pies

que todas mis jornadas perseguían.

Pero en persecución lenta y tranquila,

con paso imperturbable, majestuoso,

caminaban los pies, siempre constantes.

Y una voz, más constante todavía

que los serenos pies, me repetía:

“Todo a tí te traiciona, porque me traicionaste".

“Nada quiere albergarte, porque tú no me albergas;

todo de tí se evade, porque tú no me llevas".

En la loca aventura de juveniles fuerzas

sacudí las columnas de mis horas más bellas

y entre mi propia vida me sepulté;

sangrante y mancillado

emerjo de las ruinas de mis años perdidos;

en los escombros yace mi juventud doliente;

y mis días crujientes, en humo evaporados

se esparcen y se rompen, como el sol en un río.

La incesante búsqueda se aproxima al final:

Esa Voz me rodea como un mar tempestuoso.

Y la voz dice, en conclusión:

“¿Está la tierra acaso fragmentada,

sin piedra sobre piedra, destrozada?

¡Todas las cosas huyen de tú alcance

porque de mí te fuiste! Vil quimera;

acción inútil, vana, lastimera.

¡No encontrarás quién quiera prodigarte

un amor que mitigue tus faenas!

¡El vacío será tu recompensa!”.

"Para lograr amor es necesario

algo que tú nos has hecho: merecerlo.

Barro humano. De todo lo creado

la más fútil arcilla. ¿No sabías que

no has ganado méritos eternos?

¿De quién esperarás amor sincero?

Sólo de mi; tan sólo Yo lo entrego”.

Y lo siguiente, que nos trae consuelo:

"Todo te lo quité, no para herirte

sino porque en mis brazos lo buscaras.

Todo lo que creíste

perdido entre tus sueños infantiles,

lo tengo en mis moradas.

Levántate. Mi mano te sostiene.

¡Ven a mi casa!".

A mi lado resuena su pisada;

¿es acaso mi sombra,la sombra

de su mano protectora que

se extiende cuidando mi jornada?

"Ven, tú, el más amado,

el más débil, el más acongojado.

No busques más: ¡Yo soy El que buscabas!


No hay comentarios:

Publicar un comentario