sábado, 16 de septiembre de 2017

El aparecido


Como los ángeles de fiera mirada,
Volveré a tu alcoba
Y me deslizaré hasta ti sin ruido ...
Con las sombras de la noche;



Y te daré, morena mía,
Besos fríos, como la luna,
Y caricias de serpiente
Arrastrándose en torno a una fosa.

Cuando llegue la lívida mañana,
Encontrarás mi lugar vacío
Y hasta el anochecer seguirá frío.
Como otros por la ternura,

En tu vida y en tu juventud,
¡yo quiero reinar por el terror!
-Y largas comitivas fúnebres,
sin tambores ni música,

desfilan lentamente en mi alma; la Esperanza,
vencida, llora, y la Angustia atroz, despótica,
sobre mi cráneo inclinado
enarbola su negro estandarte.

Charles Baudelaire, Las flores del mal
Ilustración de Luis Royo

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