viernes, 23 de febrero de 2018

La sombra sobre Casa Pepe, por Tab-ahred, el gallego loco (LC, Parodía)

Todo comenzó con un mando gris. Un zumbido catódico bastó para que reinase el silencio en toda la tasca. Un horror innombrable acababa de manifestarse tras la capa de grasa que cubría la pantalla del televisor, desatando el caos más absoluto.

Era un auténtico espectáculo: varias figuras humanoides barritaban entre sí, agrietando sus desquiciantes rostros y gesticulando de forma grotesca. Pepe se preguntó cómo era posible que aquellos mugrientos altavoces pudiesen proyectar tal concierto de blasfemias.

Dos parroquianos perdieron lo poco que les quedaba de cordura. Paralizados por el terror, empaparon sus rostros de una viscosa pasta de lágrimas, mocos y baba. Un agrio olor a orín comenzó a inundar el local.

Finalmente, un único héroe se atrevió a alzar la voz por encima de aquel coro infernal. Acercándose a Pepe con el rostro desencajado y apenas un hilillo de voz, acertó a suplicar:

—Pepe, por lo que más quieras, pagaremos la cuenta. Echaremos propina si quieres. Pero por Cristo bendito, ¡no vuelvas a poner Sálvame a todo volumen!


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