martes, 17 de abril de 2018

La Celestina (fragmento)

Pues aquí vemos cuán mal fenecieron
aquestos amantes, huyamos su danza,
amemos a aquél que espinas y lanza,
azotes y clavos su sangre vertieron.
Los falsos judíos su faz escupieron,
vinagre con hiel fue su potación;
porque nos lleve con el buen ladrón,
de dos que a sus santos lados pusieron.
No dudes ni hayas vergüenza, lector,
narrar lo lascivo que aquí se te muestra:
que siendo discreto verás que es la muestra
por donde se vende la honesta labor.
De nuestra vil masa con tal lamedor
consiente cosquillas de alto consejo
con motes y trufas del tiempo más viejo:
escritas a vueltas le ponen sabor.
Y así no me juzgues por eso liviano;
mas antes celoso de limpio vivir,
celoso de amar, temer y servir
al alto Señor y Dios soberano.
Por ende, si vieres turbada mi mano,
turbias con claras mezclando razones,
deja las burlas, que es paja y granzones,
sacando muy limpio de entre ellas el grano. 

Fragmento final de la Celestina, Fernando de Rojas


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