martes, 17 de abril de 2018

LOS CAMINANTES SILENCIOSOS

Debo reconocer que no tengo animadversión alguna contra los Caminantes Silenciosos, esto se debe fundamentalmente a que es difícil llevarse mal con ellos. Todas las tribus tienen sus singularidades pero me atrevería a decir que los Caminantes son los más singulares de todos, al menos a mi modo de ver.

Como con todas las cosas lo mejor es empezar por el principio, aunque en este caso la tarea es más complicada de lo que pudiera parecer. Primero porque es una de las tribus más misteriosas y herméticas con sus tradiciones, en dura competencia en este aspecto con los Contemplaestrellas y los Uktena. Y en segundo lugar porque ni siquiera ellos mismos se preocupan de su propia historia, tienen otros intereses más acuciantes. Existe una razón para que esto último sea así, pero vamos poco a poco.

Los orígenes de los Caminantes los podemos encontrar en el Antiguo Egipto y el Medio Oriente. Ni siquiera sabemos a ciencia cierta si eran originarios de dicha zona o simplemente eligieron establecerse allí porque en aquellos tiempos dichas áreas eran el centro del mundo conocido, siempre han sido unos vagabundos incansables. 

África siempre ha sido la tierra de los Bastet y por lo general los Garou no son bien recibidos en el continente desde las Guerras de la Rabia. Los Caminantes Silenciosos son la excepción a la regla. Son una de las tribus más pacifistas que existen, tanto o más que los Hijos de Gaia. Además poseen un talento natural para la diplomacia y la exploración. Eso les permitió que los hombres gato y otras razas de los Fera les aceptaran o al menos toleraran su presencia. 

El resto de los cambiantes no han olvidado que fueron los Caminantes los primeros Garou en protestar por los excesos cometidos por sus congéneres y también que no participaron en la terrible contienda que enfrentó a nuestro pueblo con los Fera. Gracias a ellos África apenas sufrió las consecuencias de dicha guerra, por lo que todavía se muestran agradecidos.

Se cuenta que ya en tiempos remotos fueron aliados de los Bastet y de los Mokole, y que juntos lucharon contra un poderosísimo vampiro corrompido por el Wyrm, el antediluviano Set. La guerra contra él y el culto setita se prolongó durante siglos hasta que al final el vampiro fue vencido, pero no sin pagar un alto precio. 

La oscura magia del antediluviano consiguió cortar el vínculo de los Caminantes Silenciosos con sus espíritus ancestrales y con su tierra para siempre. Este es el motivo de que su historia sea especialmente difícil de investigar, no tienen ancestros que se remonten a aquellos días a los que los theurgos o los galiardos de la tribu puedan consultar. 

Al perder también la unión mística que tenían con su territorio se convirtieron en lo que son hoy en día, unos viajeros infatigables que caminan en busca de conocimiento y que intentan comprender toda la inmensidad y variedad que Gaia nos ofrece. Se dispersaron por prácticamente todos los rincones de la tierra, llegando incluso a establecerse en tierras tan remotas como las llanuras de Mongolia. 

Por lo normal solían evitar las ciudades, prefiriendo los entornos rurales o vivir directamente en plena naturaleza.

Los Caminantes se han convertido en los mejores mensajeros y diplomáticos de entre los Garou. Por lo general la llegada de uno de estos individuos es recibida con alegría en cualquier territorio, no hay que olvidar que para muchas manadas que viven aisladas estas visitas son el único nexo de unión que tienen con el resto de la sociedad Garou. Pero esto no solo ocurre con los hombres lobo. 

Aunque pueda existir cierta desconfianza por lo general los Caminantes suelen ser bien recibidos entre cualquiera de las razas cambiantes. Su política pacifista e integradora es respetada por todos los sirvientes de Gaia y por gran parte de la comunidad sobrenatural.

No es extraño que un Caminante pueda tener entre sus amigos o contactos a vampiros, magos o faeries, en pocos lugares se les niega la entrada a estos viajeros. 

Hasta tal punto se integran con el resto de razas cambiantes que son una de las facciones que componen la coalición Ahadi, una alianza multirracial creada para luchar contra la tiranía de Colmillo Negro, un poderoso líder de los hombres león. 

Este Simba gobernó África con mano de hierro desde principios de la era de los setenta del siglo XX hasta casi finales de los noventa. Durante ese largo periodo llevó casi hasta la extinción a los Ajaba (hombres hiena). Fue necesaria la unión de los supervivientes Ajaba con el resto de tribus Bastet (incluidos muchos Simba que estaban en contra del dominio de Colmillo Negro), con los Mokole y Corax locales, además de los ya mencionados Caminantes y los Kucha Ekundu (una línea de sangre descendiente de los Garras Rojas que habitan en África) para acabar con el déspota hombre león. 

Dicha alianza continuó después de finalizada la revuelta y sigue existiendo a día de hoy, mostrándonos el camino de lo que se puede conseguir a través de la unión.

Como sucede con todas las tribus Garou, los Caminantes Silenciosos tienen también su propia visión de la Letanía, las leyes que rigen nuestra sociedad. 

Debido a su particular historia y a su idiosincrasia no tienen concepto de territorio. Toda la creación de Gaia es su tierra, tanto en el plano material como en la Umbra. Vagan continuamente en busca de sabiduría para tratar de comprender el mundo que nos rodea.

Eso no significa que no respeten el territorio de otras manadas, siempre tratan de comportarse y de evitar ser una molestia para los locales cuando tienen que atravesar las tierras de otros en sus vagabundeos. 

Casi la única norma con la que no comulgan en exceso es la que dice “No permitirás que tu pueblo te atienda en la enfermedad”. Los Caminantes veneran a sus ancianos y a lo máximo que llegan sus Ritos de Muerte es a enviar a los más viejos de su tribu en una última búsqueda de conocimiento a la Umbra, si han de morir que sea haciendo algo que les gusta y sea útil.

Al contrario que el resto de hombres lobo carecen de una organización formal, algo lógico si la tribu está formada por viajeros y exiliados. Los Caminantes Silenciosos raramente se reúnen, para comunicarse entre ellos suelen dejar mensajes en lugares previamente convenidos. Han desarrollado su propio lenguaje de signos y glifos cuyo significado mantienen oculto a las otras tribus.

Los campamentos de los Caminantes difieren también de los del resto de los Garou. No tienen miembros fijos sino que lo habitual es que la población vaya rotando, ya que ningún Caminante suele permanecer en el mismo sitio más de una o dos estaciones como máximo. Siempre suelo decir medio en broma medio en serio que son los más anarquistas de nuestra raza.

Su apariencia en forma crinos es fácilmente reconocible. Suelen ser más altos y delgados que el resto de los Garou. Sus largas orejas y pronunciados hocicos se asemejan más al aspecto de los chacales que al de un lobo. En forma humana por lo general son humanos con rasgos del Medio Oriente, o al menos así era antaño. 

Los Caminantes no hacen distinción de razas a la hora de elegir a su parentela humana, si bien es cierto que muestran una especial afinidad con el pueblo gitano. Es por eso que hoy en día puedes encontrar Caminantes de todos los orígenes étnicos y en la mayoría de los casos suelen ser una mezcla de lo más variada.

Al ser unos diplomáticos natos suelen tener buenas relaciones con el resto de las tribus. Raramente desconfían de sus hermanos Garou, aunque sí que tienen algunos reproches que hacer. Sin embargo no dejan que esas diferencias de pensamiento les influyan hasta el punto de la animadversión. 

Creen que los Garras Rojas se equivocan al renunciar a su mitad humana, porque eso les hace más bestiales incluso que los propios lobos. Algo parecido es lo que dicen de los Moradores del Cristal, que se han acercado demasiado a su parte humana y han dejado de lado a su mitad de lobo. Según ellos solo a través del equilibrio entre las dos partes se puede hallar la verdad.

De los Colmillos Plateados piensan que deberían dejar sus tronos y salones de política de vez en cuando para salir a la realidad, algo con lo que coincido plenamente. Opinan que los Señores de las Sombras tendríamos que centrar más nuestros esfuerzos en otras cosas además de intentar derrocar la posición predominante de los Colmillos Plateados. Personalmente creo que eso se solucionaría si esos pomposos arrogantes nos cedieran el mando. 

Un error muy común es pensar que son muy parecidos a los Contemplaestrellas, pero nada más lejos de la realidad. Los Caminantes no entienden la tendencia a la introspección de esta tribu, lo consideran un desperdicio de tiempo y de energía con la gran variedad de cosas que hay por aprender en el mundo. 

Con el resto de las tribus pueden mostrar algún reparo puntual pero la cosa no pasa de ahí. En ningún caso tienen un enfrentamiento declarado o muestran una hostilidad especial hacia ninguna. Son sin duda los más tolerantes de nuestro pueblo, una cualidad que todos deberíamos admirar e imitar.

Escrito por Solomon Margrave para Revista Vaulderie


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