viernes, 23 de febrero de 2018

"El espejo" por Sergio Vargsson (horror)

En la habitacion en penumbra se escuchaba el gemido del viento a traves de los grandes ventanales mal ajustados, la corriente hacia bailar las llamas en la chimenea, hasta casi extinguirlas.

La silueta oscura sentada en el gran sillon de cuero alzo un poco la vista del libro que estaba leyendo, sus ojos eran un palido relumbre violeta en un rostro en sombras, por un momento parecio escuchar algo en la cancion lastimera del aire en el exterior, y sonrio levemente. 

Lentamente se llevo a los labios la copa medio llena de liquido oscuro y rojizo y casi la apuro de un trago, dejo el libro sobre la mesita cercana y se puso en pie andando a pasos largos y silenciosos hasta el otro extremo de la estancia, donde, un gran espejo, antiguo y maltratado estaba colgado solo, dominando la pared, y atrayendo indefectiblemenmte las miradas.

El, se quedo absorto en las profundidades del cristal donde la tenue luz del fuego hacia bailar las sombras, dando la impresion de que en lugar de observar una superficie reflectante,, estaba asomandose a traves de una ventana sobre un campo cubierto de niebla...

Sus labios volvieron a curvarse dejando al descubierto las puntas afiladas de sus colmillos, y concentro todavia mas su atencion en la superficie enturbiada, paulatinamente una figura femenina parecio dibujarse tras la bruma, podia ser una imagen subconsciente, o un juego visual de la iluminacion, pero la imagen parecia definirse paulatinamente, aunque quedando siempre como medio velada, como si estuviera mucho mas lejos de lo que parecia a simple vista.

De pronto las palmas de unas manos, muy cuidadas, y de largas uñas pintadas de oscuro se apoyaron en el cristal por la parte interna, y el movio la cabeza negando con suavidad, mientras en voz baja y con un cierto tono cariñoso decia...

-Aun no pequeña... aun no es la hora....pronto, muy pronto

Llevandose la punta de los dedos de la mano a la boca, deposito un beso sobre el espejo, dandose la vuelta para ir hacia la puerta y abandonar la sala, al pasar frente a la chimenea, tiro la copa al fuego rompiendola y acabando de apagar las llamas con el liquido que contenia, que se evaporo siseando entre nubes de vapor que olian a cobre caliente... 

En la habitacion vacia una risa campanilleante parecio resonar bajito.





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